ojeando la edición digital de El País, me detuve en un artículo de Luis Meyer titulado Cosas que hacen al hombre mucho más viril. 35 mujeres se confiesan. He de reconocer que la expectativa de dar respuesta, por fin, a una de las grandes preguntas que llevan planteándose buena parte de los hombres desde el principio de los tiempos, me resultó irresistible. ¿Qué hace que le resultes atractivo a las mujeres? Era como tener el santo grial al alcance de la mano. Finalmente, obtuve una respuesta, aunque no era la que esperaba.
Las respuestas de las mujeres eran de lo más variopinto. Que esté subido a una moto grande, que se pida un whisky solo con hielo, descubrir en él una habilidad de la cual no haya alardeado o que llegue a casa sudado después de haber hecho ejercicio. Sin embargo, lo que más me sorprendió fue que algunas de las respuestas eran antagónicas. Una mujer decía que estaba encantada con la moda de las barbas, ya que le parecían super atractivos los hombres que las llevaban, mientras que a otra le gustaban los que no se dejaban llevar por esa moda y se afeitaban. Otro ejemplo es el de la chica a la que le encantaban las tabletas de chocolate en el abdomen de los chicos y otra a la que le gustaban los hombres con un poquito de barriga. Esta última, de hecho, estaba contrariada porque su pareja había empezado a ir al gimnasio.
Una vez terminado el artículo, y tras meditar un tiempo sobre lo que había leído, entendí que lo que a nosotros nos resulta atractivo en alguien es muy personal, por lo que es mejor ser uno mismo, ya que nunca sabes lo que le puede atraer de ti a alguien.
Entonces ¿Qué es lo que hace que a unas personas nos atraigan unas cosas y a otras otras? Llegados a este punto me planteé la gran pregunta