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Laboratorio de Histología
INTRODUCCIÓN
Mientras esperaba a que le tomaran la foto, Vera apenas podía quedarse quieta:
- Tengo que repetirla. Sale borrosa. – Dijo la recepcionista, tras mirar la pantalla de la cámara. – Tienes que dejar de moverte.
Pero Vera estaba demasiado nerviosa. La Histología había sido su asignatura favorita durante la carrera y haber conseguido aquellos tres meses de prácticas en una empresa como Hisga era un sueño hecho realidad. Si todo iba bien, podría hacer el proyecto con ellos y sin duda la contratarían en cuanto se licenciara.
- La jefa del laboratorio no ha llegado todavía – dijo la recepcionista, esta vez satisfecha con la fotografía -, pero te acompañará uno de los supervisores. No te preocupes, aquí entra personal nuevo cada dos por tres, enseguida te pondrás al día.
Vera asintió, agradecida por los ánimos. En ese momento, una puerta se desbloqueó y al otro lado apareció un hombre con bata blanca y gafas de laboratorio. Llevaba al cuello una identificación con su fotografía.
- ¿Todavía no ha llegado Sara? – Preguntó, nada más entrar en la sala
- Aún no. – Respondió la recepcionista, para después añadir: - Pero ya le he hecho la foto a esta chica. En un rato podéis pasar a recoger su tarjeta de identificación.
- Soy Bernardo, el supervisor de Control de Calidad. – El recién llegado tendió la mano a Vera. – Primero te llevaré de paseo por la planta para que veas cómo trabajamos y después ya bajaremos al laboratorio para que empieces a leer, ¿te parece?
Sin esperar respuesta, Bernardo acercó su identificación al lector de la puerta y Vera le siguió por unos pasillos tan blancos como la bata que llevaba. Se detuvieron junto a unas ventanas que daban a una sala llena de reactores e incubadoras.
- Ahí dentro está Producción. La jefa es Carmen Santos y a su cargo están los departamentos de esterilización de materiales, banco de tejidos, cultivos primarios, crecimiento y envasado. En nuestra estructura, cada área tiene un supervisor y unos cuatro o cinco analistas. Aquí en Producción se parte de unas pocas células para producir la cantidad de tejido que nos piden las facultades y hospitales.
- ¿No podemos entrar?
- Necesitas un entrenamiento para acceder. – Bernardo negó con la cabeza. – Se trata de salas muy controladas y cualquier microorganismo del exterior podría contaminar los cultivos en crecimiento o, lo que es peor, los tejidos de partida desde los que desarrollamos el cultivo.
- Entonces, ¿hay un tejido “madre” del que se obtienen las células para el cultivo primario?
- Exacto. – Respondió Bernardo, complacido. – Pero no ha sido fácil. Para cada nueva línea tenemos que desarrollar una tecnología y un método que nos asegure obtener unos cultivos de alta calidad.
- En los laboratorios estamos los de Control de Calidad e I+D. – Explicó Bernardo al llegar a otra puerta blanca. - En Control de Calidad, realizamos una batería de análisis a cada cultivo listo para enviar y generamos un certificado que firma Carlos, el responsable de Calidad. También nos envían muestras de las distintas fases del cultivo, para tener la seguridad de que todo va bien.
- Y supongo que en I+D desarrollarán nuevos cultivos para la venta, ¿no?
- Exacto. – Afirmó Bernardo. – Y también los analizan para comprobar que funcionan, por eso compartimos instalaciones. Nuestra jefa se llama Sara pero hoy no ha venido. Supongo que estará enferma.
Entraron en el laboratorio, de nuevo utilizando la identificación de Bernardo para accionar el lector junto a la puerta.
- Esta es Natalia, la supervisora de I+D. – La presentó Bernardo. – Los analistas están ocupados, pero ya te los presentaremos luego, durante la pausa para tomar café.
El laboratorio constaba de varias salas en las que, sobre todo, Vera pudo distinguir incubadoras y neveras. Había también centrífugas y otros equipos que no supo identificar, colocados sobre las poyatas blancas. En los estantes se apilaban tubos de ensayo, placas de cultivo, vasos de precipitados y matraces Erlenmeyer. Había dos analistas sentados de espaldas y trabajando en sendas cabinas de bioseguridad. Todo parecía muy ordenado y Vera deseó poder empezar a trabajar cuanto antes.
¿Cómo se juega?
En la caja de 30 preparaciones Laboratorio de Histología se guardan muestras de cinco casos. Las muestras de la 1 a la 5 pertenecen al caso 1. De la 6 a la 10 al caso 2 y así sucesivamente hasta completar las 30. Tu trabajo es observar las preparaciones al microscopio e identificarlas. Puede parecer una labor imposible pero no te preocupes. Tienes información sobre cada caso en los botones que encontrarás más abajo. Allí aparecen los nombres de las muestras implicadas en el caso y que fueron archivadas en su día.
¿Qué se necesita para jugar?
Para jugar a LABORATORIO DE HISTOLOGÍA debes tener la caja de preparaciones de Knowleb LABORATORIO DE HISTOLOGÍA, un microscopio y un dispositivo electrónico (teléfono, ordenador, tablet) con conexión a internet, como el que estás usando en estos momentos.
¿Cómo resuelvo los casos?
La información sobre la resolución de los casos es clasificada. Para acceder debes introducir el código que se te pedirá en cada uno de ellos. ¿Cómo conseguimos el código?
Accede a los casos en el listado que encontrarás más abajo. Lee el enunciado y empieza la investigación. Imaginemos que una de las muestras archivadas es descrita como una "Hoja de Margarita". Debes hacerte con tu microscopio y examinar las muestras implicadas en ese caso. Usando tus poderes de observación y tu agudo olfato de investigador, debes adivinar cual de las muestras corresponde con la "Hoja de Margarita". Una vez descubras cual es, escribe el número que aparece en el portaobjetos de cristal que contiene la muestra.
Haz lo mismo con las cuatro pistas restantes y, poniéndolas en el orden en que están listadas, obtendrás un código de 5 cifras.
Cuando te sientas seguro de tus investigaciones, solo debes pulsar el botón INTRODUCIR CÓDIGO que encontrarás en la página de cada caso y escribirlo cuando te lo pidan. Si es correcto, podrás ver la resolución completa del caso. Si no lo es, debes volver a estudiar las pistas y, como buen científico que eres, seguir probando e investigando hasta conseguir el código correcto.
La Autora
Marta Currás
Licenciada en Biología por la Universidad de Santiago de Compostela. Desarrolló la primera etapa de su vida profesional en laboratorios de Microbiología y Bioquímica tanto públicos como privados. En el ámbito literario ha sido galardonada en varios concursos. Templados por el sol, mecidos por el viento (Círculo de lectores, 2018) fue su primera obra publicada, La memoria de las olas (Nostromo, 2019) es su última novela.
